domingo, 10 de abril de 2011

Intento de poema.

Escribiré para ti aunque no me leas
Tengo la fe que lo harás, ¿Cuándo?
No sé, pero algún día sin esperarlo, lo harás...

Escribiré para ti,
Ésto no son solo palabras,
es quizá un palpitar descontrolado,
un anhelo inexplicable,
una vitalidad sin baterías,
un deseo que no quiere desaparecer...
Una rima sin soneto, sin cadencia pero sí con ritmo,
el ritmo de mis latidos.

Escribiré para ti,
te extraño sin haberte soñado.
Escribiré para ti, Abrázame,
tus brazos serán la almohada perfecta
y tus manos ese pañuelo
a las lágrimas que se secaron de esperar tu regreso.

Escribiré para ti,
las cartas se hacen para las personas que hacen falta...
Y a ti, te hecho mucho de menos.

Escribiré para ti,
para que talvez en palabras aún hoy pueda mantener tu recuerdo intacto.

 

jueves, 7 de abril de 2011

Viajando a la Luna...

La madurez y la felicidad, siempre los he comparado como viajar a la Luna, todo el mundo habla de ello, algunos dudan de si fue real, y si lo fue... Fue hace muchos años... Y nunca se volvió a repetir... Como si una vez fuera suficiente y anclar los pies en la Luna fuera la meta de todos.

Pero saben que, yo sí he ido a la Luna incontables veces, unas la he he hecho en sueños, otras mientras cerraba los ojos y algunas quizá lo hice abrazada a tu espalda...

Tengo millas acumuladas de tanto ir y venir... Me hicieron descuento en el traje espacial, mis pulmones se están acostumbrando a la falta de oxígeno y ni hablar de mi cuerpo a la gravedad...

Y sí, la madurez y la felicidad son como viajar a la Luna, no es permanecer allí lo que hace que el viaje valga la pena, sino todo el camino de ida y venida lo que cuenta. Porque sí, ser infeliz por una vida, hace que uno valore 3 segundos de felicidad...

Y la madurez... ¡Oh bendita madurez! Comportarse como niño es un "santo pecado", la madurez no es traje formal que no combina con las medias de la niñez ...

Vestirse de colores es bonito... Y negarlo, es decir que el arcoiris no combina entre sí.

La madurez es "una mentirita blanca" para diferenciarnos de los niños, porque sí, yo disfruto como nunca sacarle la lengua a un desconocido cuando voy en el bus, darme el gusto de brincar en los charcos aunque sepa que mis zapatos se van a mojar, pedir una cajita feliz solo por el juguete aunque sepa que no me voy a comer toda la hamburguesa... O mejor aún, reírme como tonta de algo que no tiene sentido pero para mí es tan gracioso que me deja sin respiración.


Porque sí... La madurez y la felicidad se disfruta más de a poquitos.